domingo, 23 de enero de 2011

Software libre para una sociedad libre

Cap 2.- El Manifiesto GNU

El Manifiesto GNU fue escrito por Richard Stallman en los comienzos del Proyecto GNU, con el fin de pedir participación y apoyo. En los primeros años, se hicieron actualizaciones meno­res para tomar en cuenta nuevos desarrollos, pero ahora parece ser mejor dejarlo como esta tal y como la mayoría de la gente lo ha visto. Desde entonces, hemos aprendido que es posible ayudar a evitar ciertas confusiones corrientes con un cambio en la selección de palabras, a lo largo de estos se han añadido notas al pie de página para aclarar estas confusiones.

¿Qué es GNU? ¡Gnu No es Unix!

GNU, que significa Gnu No es Unix, es el nombre de un sistema de software comple­tamente compatible con Unix que estoy escribiendo para poder regalarlo2 libremente a quien pueda utilizarlo. Hay varios voluntarios ayudándome. Son muy necesarias las contribuciones en tiempo, dinero, programas y equipamiento.

GNU está siendo escrito inicialmente para máquinas de la clase 68000/16000 con memoria virtual, porque éstas son las máquinas en las que es más sencilla su ejecución. El esfuerzo adicional para hacerlo funcionar en máquinas más pequeñas se dejará a alguien que quiera utilizarlo en ellas.

Por qué debo escribir GNU

De manera que para poder continuar usando ordenadores sin vergüenza, he deci­dido agrupar un cuerpo suficiente de software libre de tal manera que pueda seguir andando sin ninguna clase de software que no sea libre. He dejado el laboratorio de IA para negar al MIT cualquier excusa legal que me prohíba distribuir software GNU.

Por qué GNU será compatible con Unix

Un sistema compatible con Unix sería conveniente para que otras personas puedan adoptarlo.

Cómo estará disponible GNU

GNU no es de dominio público. Todos tendrán permiso para modificar y redistri­buir GNU, pero a ningún distribuidor se le permitirá restringir su redistribución pos­terior. Es decir, no estarán permitidas modificaciones propietarias. Quiero asegurarme de que todas las versiones de GNU permanezcan libres.

Por qué quieren cooperar muchos otros programadores

He encontrado muchos otros programadores que están entusiasmados con GNU y quieren ayudar.

Muchos programadores están descontentos con la comercialización del software de sistema. Puede permitirles ganar más dinero, pero por lo general les hace sentirse en conflicto con otros programadores, en lugar de sentirse como compañeros

Cómo puedes contribuir

Estoy pidiendo a los fabricantes de ordenadores que donen equipos y dinero. Estoy pidiendo donativos en forma de programas y trabajo.

Una consecuencia que esperable si donas equipos es que GNU se ejecutará en ellos desde una etapa temprana. Las máquinas deberán estar completas, con los sistemas listos para su uso, probadas para uso en áreas residenciales y no requerir ventilación o fuentes de energía sofisticadas.

He encontrado que muchos programadores están ansiosos de contribuir trabajan­do a tiempo parcial para GNU. Para la mayoría de los proyectos esta distribución de trabajos a tiempo parcial sería muy difícil de coordinar. Pero para la tarea particular de reemplazar Unix no existe este problema. Un sistema completo en Unix contiene cientos de utilidades, cada una de las cuales se documenta por separado.

Por qué se beneficiarán todos los usuarios de ordenadores

Una vez que se haya escrito GNU, todos podremos obtener un buen sistema de software libre, al igual que obtenemos aire.6

Esto significa mucho más que el simple ahorro del precio de una licencia Unix. Sig­nifica que se evitará mucho del derroche de esfuerzos en la duplicación de la progra­mación de sistemas. Este esfuerzo puede enfocarse mejor para hacer avanzar el estado de la técnica.

Cap 3.- La definición de software libre

Conservamos esta definición de software libre para expresar claramente el verda­dero significado de los programas de software libre.

El «software libre» es una cuestión de libertad, no de precio. Para comprender este concepto, debemos pensar en la acepción de libre como en «libertad de expresión» y no como en «barra libre de cerveza».

Con software libre nos referimos a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. Nos referimos especialmente a cua­tro clases de libertad para los usuarios de software:

Libertad 0: la libertad para ejecutar el programa sea cual sea nuestro propósito.

Libertad 1: la libertad para estudiar el funcionamiento del programa y adaptarlo a tus necesidades —el acceso al código fuente es condición indispensable para esto.

Libertad 2: la libertad para redistribuir copias y ayudar así a tu vecino.

Libertad 3: la libertad para mejorar el programa y luego publicarlo para el bien de toda la comunidad —el acceso al código fuente es condición indispensable para esto.

Cap 4.- Por qué el software no debe tener propietarios

Las tecnologías digitales de la información ayudan al mundo haciendo que sea más fácil copiar y modificar información. Los ordenadores prometen hacer esto de forma más sencilla para todos.

Los propietarios hacen uso de distintos argumentos para que se les conceda el con­trol de cómo usamos la información:

Insultos

Los propietarios usan palabras difamatorias como «piratería» y «robo», al igual que terminología experta como «propiedad intelectual» y «daño», para sugerir una cierta línea de pensamiento al público —una analogía simplona entre los programas y los objetos físicos.

Nuestras ideas e intuiciones acerca de la propiedad sobre los objetos materiales tra­tan acerca de si es justo privarle a alguien de un objeto. No se aplican directamente a hacer copias de algo. Pero los propietarios nos piden que apliquemos estas ideas de todas for­mas.

Exageración

Los propietarios dicen que sufren un «daño» o «pérdida económica» cuando los usuarios copian programas por su cuenta. Pero copiar no tiene un efecto directo sobre el propietario, y no hace daño a nadie. El propietario sólo puede perder si la persona que hizo la copia hubiese pagado por otra del propietario en su lugar.

La ley

Los propietarios a menudo describen el estado actual de la ley, así como las duras sanciones con las que nos amenazan. Implícita en este enfoque va la sugerencia de que la ley actual refleja un punto de vista moral incuestionable —y aun así al mismo tiempo, se nos insta a considerar estas sanciones como hechos naturales por los que no se puede responsabilizar a nadie.

Esta línea de persuasión no está diseñada para reafirmar el pensamiento crítico; está concebida para reforzar un camino mental ya trazado.

Derecho natural

Los autores a menudo apelan a una conexión especial con los programas que han escrito y añaden que, en consecuencia, sus deseos e intereses respecto al programa sim­plemente prevalecen sobre los de cualquier otra persona —o incluso sobre los del resto del mundo. (Normalmente son las empresas, no los autores, los que detentan el copy­right sobre el software, pero se espera de nosotros que ignoremos esta diferencia.)

Economía

El último argumento que se emplea para justificar la existencia de propietarios de software es que esto conduce a la producción de más software.

A diferencia de los demás, éste argumento por lo menos adopta un enfoque legítimo sobre el tema. Se basa en un objetivo válido —satisfacer a los usuarios de software. Y empíricamente está claro que la gente producirá más de algo si se les paga bien por ello.

Pero el argumento económico tiene un defecto: se basa en la presunción de que la diferencia es sólo cuestión de cuánto dinero debemos pagar. Asume que la «producción de software» es lo que queremos, tenga el software propietarios o no.

La gente acepta gustosamente esta presunción por que está de acuerdo con nuestra experiencia acerca de los objetos materiales. Consideremos por ejemplo un bocadillo. Es posible que puedas conseguir un bocadillo equivalente ya sea gratis, ya por un precio. Si es así, la cantidad que pagas es la única diferencia. Tanto si lo tienes que comprar como si no, el bocadillo tiene el mismo sabor, el mismo valor nutricional, y en cualquier caso te lo puedes comer sólo una vez. El hecho de si el bocadillo lo obtienes de un propietario o no, no puede afectar directamente a nada más que la cantidad de dinero que tienes después.

Esto es cierto para cualquier objeto material —el hecho de que tenga o no tenga propietario no afecta directamente a lo que es, o a lo que puedas hacer con ello si lo adquieres.

Pero si un programa tiene un propietario, esto afecta en gran medida a lo que es, y a lo que puedes hacer con una copia si la compras. La diferencia no es sólo una cues­tión de dinero. El sistema de propietarios de software incentiva a los propietarios de software a producir algo —pero no lo que la sociedad realmente necesita. Y causa una contaminación ética intangible que nos afecta a todos.

¿Qué es lo que la sociedad necesita? Necesita información que esté verdaderamen­te a disposición de sus ciudadanos —por ejemplo, programas que la gente pueda leer, arreglar, adaptar, y mejorar, no solamente ejecutar. Pero lo que los propietarios de soft­ware ofrecen de forma característica es una caja negra que no podemos ni estudiar ni modificar.

La sociedad también necesita libertad. Cuando un programa tiene un propietario, los usuarios pierden la libertad de controlar una parte de sus propias vidas.

Y sobre todo una sociedad necesita incentivar el espíritu de cooperación entre sus ciudadanos. Cuando los propietarios de software nos dicen que ayudar a nuestro ve­cino de una manera natural es «piratería», están contaminando el espíritu cívico de nuestra sociedad.

Por eso decimos que el software libre es una cuestión de libertad, no de precio.

Cap 5.- ¿Qué encierra un nombre?

Los nombres transmiten significados; nuestra elección de los nombres determina el significado de lo que expresamos. Un nombre inadecuado dará a la gente una idea equivocada. Una rosa, llámese como se llame, destilaría el mismo olor, pero si la lla­mamos «lápiz», la gente podría sentirse decepcionada al intentar escribir con ella. Y si llamamos «rosas» a los lápices, la gente no entendería para qué sirven. Si llamamos «Linux» a nuestro sistema operativo, esto conduce a una idea equivocada sobre el ori­gen del sistema, su historia y su propósito. Si lo llamamos «GNU/Linux», esto conduce —aunque no en detalle— a una idea precisa.

Pero ¿importa esto en nuestra comunidad? ¿Es importante que la gente conozca el origen del sistema, su historia y su propósito? Sí, porque quienes olvidan la histo­ria están condenados a repetirla. El Mundo Libre que se ha desarrollado en torno a GNU/Linux no es un lugar seguro; los problemas que nos llevaron a crear GNU no han sido completamente erradicados y amenazan con volver.

Cuando explico por qué es apropiado llamar al sistema operativo «GNU/Linux» en vez de «Linux», la gente en ocasiones responde de esta manera:

Aunque es indudable que el proyecto GNU merece el reconocimiento por esta la­bor, ¿merece la pena protestar si no existe tal reconocimiento? ¿No es lo importante que el trabajo se hizo, y no quién lo hizo? Usted debería relajarse, sentirse orgulloso de la labor realizada y no preocuparse por el reconocimiento.

Este podría ser un sabio consejo si esa fuera la situación —si el trabajo estuviera terminado y fuera tiempo de descansar. ¡Si tan solo eso fuera cierto! Pero los desafíos abundan y no es el momento para suponer que el futuro está garantizado. La fuerza de nuestra comunidad descansa sobre un compromiso con la libertad y la cooperación. Usar el nombre de GNU/Linux es una forma de que la gente lo recuerde e informe a los demás de nuestros objetivos.

Es posible escribir buen software libre sin pensar en GNU; muchos buenos progra­mas se desarrollaron en nombre de Linux. Pero «Linux» se ha asociado, desde que fuera acuñado, con una filosofía que no se compromete con la libertad para cooperar. Como el nombre se emplea cada vez más en el mundo de las empresas, resultará incluso más difícil asociarlo con el espíritu comunitario.

Incluir software no libre en el sistema GNU/Linux puede aumentar su populari­dad, si por popularidad entendemos el número de personas que usan GNU/Linux en combinación con software no libre. Pero al mismo tiempo se está animando implícita­mente a la comunidad a aceptar el software no libre como algo positivo, y a olvidar el objetivo de la libertad. De nada sirve caminar más rápido si nos apartamos del camino.

Cap 7.- Cómo promover el software libre si trabajas en la Universidad1

En el movimiento del software libre creemos que los usuarios de ordenadores de­berían tener libertad para cambiar y redistribuir el software que utilizan. El adjetivo «libre» en el software libre hace referencia a la libertad: libertad del usuario para eje­cutar, modificar y redistribuir software. El software libre contribuye al saber humano, al contrario que el software propietario. Por este motivo, las universidades deberían fomentar el software libre, para hacer una aportación al progreso del conocimiento hu­mano, del mismo modo que deben animar a científicos y académicos a publicar sus obras.

Pero el software (y la ciencia) despiertan la codicia en un gran número de geren­tes universitarios: consideran los programas como una potencial fuente de ingresos, y no como aportaciones al saber humano. Los programadores de software libre llevan conviviendo con esta tendencia desde hace casi veinte años.

Cuando comencé a desarrollar el sistema operativo GNU en 1984, lo primero que hice fue renunciar a mi trabajo en el MIT. Hice esto precisamente para que así la ofi­cina de licencias del MIT fuera incapaz de interferir en la publicación de GNU como software libre. Había diseñado una estrategia para licenciar los programas contenidos en GNU que garantizaría que todas las versiones modificadas seguirían siendo softwa­re libre, una estrategia que acabaría convirtiéndose en la GNU General Public License (GNU GPL).2 No quería tener que rogarle a la administración del MIT que me permi­tiera usarla.

Con el paso de los años, varias filiales universitarias han acudido con frecuencia a la Free Software Foundation para asesorarse sobre la forma de negociar con los geren­tes que opinan que el software es tan sólo algo que vender. Un buen método, aplicable incluso a proyectos específicamente financiados, consiste en basar su trabajo en un pro­grama ya existente publicado con GNU GPL. De esta forma, se puede responder a los gerentes: «No podemos publicar la versión modificada, a menos que sea con GNU GPL, de otro modo estaríamos infringiendo el copyright». Una vez desaparecido cualquier rastro del símbolo del dólar de sus ojos, por lo general consentirán en publicarlo como software libre.

También se puede pedir ayuda al patrocinador del proyecto. Cuando un equipo de la NYU (Universidad de Nueva York) desarrolló el compilador GNU Ada con fondos procedentes de las Fuerzas Aéreas de los EE.UU., el contrato especificaba que el código resultante se donaría a la Free Software Foundation. Primero se negocia el acuerdo con el patrocinador, luego se explica cortésmente a la administración de la universidad que no habrá renegociación de ninguna clase. Dado que la administración prefiere tener un contrato para desarrollar software libre antes que quedarse con las manos vacías, lo más probable es que acepten el trato.

Hagáis lo que hagáis, habrá que plantear la cuestión cuanto antes —desde luego, antes de que el programa esté a medio camino. Llegados este punto, la universidad todavía os necesita, así que podréis jugar duro: advertir a la administración de que el programa se terminará y se dejará listo para ser usado, siempre y cuando acuerden por escrito convertirlo en software libre —y acepten la licencia de software libre de vuestra elección. De lo contrario, sólo alcanzaréis a escribir una ponencia al respecto y nunca desarrollaréis una versión lo bastante buena para publicarse. Cuando los gestores com­prendan que sus opciones se limitan a tener un paquete de software libre que aportará prestigio a la universidad o nada de nada, por lo general se decantarán por la primera opción.

No todas las universidades tienen políticas codiciosas. La política de la Universidad de Texas tiene una política que facilita que todo el software desarrollado en ella se pu­blique como software libre bajo la licencia GPL. Univates en Brasil y el Indian Institute of Information Technology en Hyberabad, India, practican políticas de publicación de software con GPL. Si os ganáis primero el apoyo del profesorado, es posible que logréis instituir una política semejante en vuestra universidad. Exponedlo como una cuestión de principio: ¿tiene la universidad la misión de contribuir al progreso del saber humano o su único objetivo es perpetuarse a sí misma?

Sea cual sea vuestra postura, siempre conviene mostrar determinación y adoptar una perspectiva ética, tal y como lo hacemos nosotros en el movimiento del software libre. Si deseamos tratar al público éticamente, el software debería ser libre en el sentido de libertad para todos.3

Cap 10.- La canción del software libre

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Join us now and share the soft — ware You'll be Hoarders may get piles of mo — ney, That is When we have e — nough free soft — ware At our,

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share the soft-ware You'll be help their neigh-bors That's not_ dir — ty li-cens-es Ev — er


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free. good. more.

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Richard M. Stallman

Introducción de Lawrence Lessig

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